La herramienta mortal la tiene entre sus manos y ataca al subordinado. No sabe convencer desde la fuerza opresora, más su hipocresía parlante se expande con leyes por doquier. Al débil, con sus halagos; al fuerte, con su falsa dureza. Mala educación, mala leche, mala clase, mala jefa. Sin respeto. Apunto de soltar el puño opresor, pero no puede, ya que su huella es la tiranía (Sandricuentos 466).
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