Pobre infeliz, ha creado cuervos, de la sumisión, a su lado. Se siente empoderada y se victimiza, inventando cuchillazos en su espalda. Su perversión se ha sembrado en todos los niveles, tanto es así, que la gente se confunde. Adentro: la dignidad, con el silencio; los derechos, con tristeza; la empatía, con anulación. Afuera: hipocresía, con amabilidad; resultados falsos, con saludos cínicos. Más, un día, la verdad surgirá por ley del boomerang (Sandricuentos 471).
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